miércoles, 30 de abril de 2014

A brillar con tu voz.

"Cuando aparece la magia se desploma todo tu esquema, se abre paso en la comprensión, y el que no siente se quema (si hay música nunca solo estás). Será mi hermana la luz, la que me enseñe a brillar con mi voz". El Bordo

Te visualizo a través de mis oídos. 
Indefectiblemente, tu garganta aparece detrás de mis párpados, ardiente, afiebrada de sensualidad y empapada de sudor, latiendo a ritmo de tu corazón. Dejando correr ese aire de libertad que no puede existir si no es por medio de un grito desgarrador de pasión por cada palabra pronunciada. Tus labios se abren, carnosos y sabios, voceros de tus historias, contándome qué se siente ser vos. La punta de una lengua afilada pero aterciopelada, se relame el filo de los dientes y articula una caricia melódica, apuntada directo a mi alma, que se encuentra receptiva a su estímulo.
Empujando la imaginación un poco más allá, busco tomar una foto del momento en el cual aún no habías logrado encontrar las palabras adecuadas. Y te amo al hallarte solo, inundado, escondido entre pedazos de papel que quizás se tornaron incongruentes hace horas. Fantaseo con tu semblante consternado ante el desorden de tus propias ideas que se superponen. 
Me pregunto si tu lugar huele igual que el mío, si encontrás el colchón perfecto en el cual reposar tu ser en el mismo placer que yo: ese humo entre el cual disfruto bailar suavemente. Inquiero sobre ese vino tinto, si relaja tus músculos y te devuelve a la vida, si reanima tu espíritu, si le da color a tus mejillas y te invita a seguir.
Acá existo, respirando lentamente mientras siento mis pulmones incendiarse al inhalar la temperatura de tus cuerdas vocales. Me embebo en el eterno aroma a sándalo que incentiva este espejismo. 
Nos miramos a los ojos bajo esta luz que me cobija. Los míos redondos e iluminados, los tuyos ocultos, pero bellos, cubiertos bajo un manto de humildad y dulzura. 
Nos miramos sin mirarnos, en esta perfecta sinestesia que brota de tu arte.

miércoles, 23 de abril de 2014

Una foto de tus ojos.

"So, if you're down on your luck, and you can't harmonize, find a girl with far away eyes" Rolling Stones.

Quisiera entregarle a quien amo una foto de tus ojos. Que se siente en silencio a observar la redondez de tu mirada al encontrarte con la persona que está detrás del lente. Puedo imaginarlos a ambos, mirándose a través del papel. Él, escrutándote detenidamente, atesorando el enigma de tu semblante dulcemente serio, que parece esconder fascinación. 
Estoy segura de que se detendría en la dirección de tus pupilas, en su tamaño, en su luz. Y se preguntaría qué es aquello que mirabas cuando la foto fue tomada, ya que notaría que tu mirada se asemeja a los ojos de un niño que oye un cuento de su abuela antes de irse a dormir. ¿O tal vez a los de un adolescente haciéndole el amor por primera vez a su novia? Quizás sean los ojos de un hombre que acaba de ver el rostro de Jesús en la ola que casi lo ahoga en el mar...
Pienso que jamás sospecharía que tus ojos están llenos de luz porque te tomaron la foto mientras me observabas al caminar. Sé que no notaría el silencio de tus labios al escucharme hablar, ni el esbozo de sonrisa ante mi torpeza. Quizás no logre entender la marca de tu frente, donde ocultás la esperanza de que te mire y te cuente la verdad. Pero tampoco entendería por qué continuás allí, mirándome mientras yo me dedico a vivir mi momento, no del todo ajena a tu atención.
Quisiera entregarle a quien amo una foto de tus ojos, para que entienda lo que es el verdadero amor. Porque en ellos, se encuentran todas las caricias que no palpan pero tocan. Todos los te quiero que no se escuchan, pero que me unen a vos. Todo el agradecimiento de tu alma hacia mi compañía.
Quisiera entregarle a quien amo una foto de tus ojos, una foto de tu incondicionalidad. La imagen de un ángel enamorado... para que lo envidie.

domingo, 13 de abril de 2014

Óleo de una mujer con sombrero.

"La cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes. Los amores cobardes no llegan a amores, ni a historias: se quedan allí. Ni el recuerdo los puede salvar, ni el mejor orador conjugar". Silvio Rodríguez.

¿Te acordás del humo sobre el colchón? Humo delicioso y humo tóxico mezclándose hasta volverse homogéneos, en una perfecta sazón para el momento que creamos. Cuando aún mi luz era tu alimento y tu motor, cuando mi alma tenía refugio en tu pecho. 
¿Te acordás?
Con lágrimas en los ojos me atrevo a preguntarte cuánto de esa magia que nos caracterizaba queda hoy en vos, y me pongo de rodillas y te imploro que me dejes quedar un rato más. Que te inundes de calidez para mí, que me confortes entre tus brazos y me devuelvas el aliento. No hay otro lugar en el que quiera reflejarme, no quiero otro espejo para enfrentarme a mí misma. 
Por eso emprendo este viaje, buscando recargar mi espíritu. Me animo a reencontrarme en la estación con dolores del pasado que busqué perder al subirme a los micros con destino al sol. Quizás así vuelva al origen, quizás así vuelva a empezar, y te abraces a mi mejor versión al regresar.
Y espero que en la banda de sonido de tus días lejos de mí, las canciones te hagan reflexionar, te tropieces con lo esencial y te guíe hasta mí nuevamente. 
Más de una vez los hombres que han sabido luchar me contaron que las respuestas a los miedos las encuentran en canciones como "óleo de una mujer con sombrero". Y hacia ellos elevo todo mi respeto.