sábado, 19 de marzo de 2011

City lights coming down over me (fairytales in my mind)

Es difícil de explicar por qué quiero estar ahí. Es casi como si creyera que todas las historias hubieran sucedido, y los personajes aún se pasearan por aquellos lugares a los que los llevé. Queda el producto de mi imaginación reminiscente en todas las pequeñas y grandes escenas que creé, y aún hoy me enamora la idea de que hubieran sido reales.
Puedo oler la casa, puedo sentir la hierba mojada, llueve sobre el paraguas y la sensación de estar viviendo una aventura de lo más increíble es casi palpable. Siento los abrazos que ella recibió, las risas que ella escuchó, las lágrimas que se le resbalaron y la canción que lleva su nombre me emociona.
Puedo recostarme sobre el pasto y ver el sol, puedo ver águilas pescadoras sobre el lago, siento el particular aroma de su piel, y siento la emoción de volar bien alto.
Soy ella, siempre lo fui.
Escribir las falsas memorias de una muchacha que estuvo en aquel lugar que yo determiné que fuera su hogar hizo que me enamorara del escenario que armé. Yo estuve ahí, yo lo vi todo con mi inmensa imaginación y unos cuantos libros. Pude oler cada aroma, pude sentir cada textura de las paredes, las hojas, los árboles, las pieles, los objetos y todo lo que ella tocó. Degusté todos los sabores del amor y de la amargura.
Situé en un lugar real en un tiempo pasado mi fantasía y mis deseos más grandes y locos. Y terminé creyéndome aquellas historias tan maravillosas.
Y es por eso que quisiera estar allí. Siguiendo el camino de las huellas imaginarias que ellos dejaron.

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