domingo, 17 de abril de 2011

Open the past and present now and we are there.

Era extraño estar ahí y escuchar las mismas palabras que se escuchaban casi seis meses atrás, pero en contextos totalmente diferentes. Sin embargo, la emoción era la misma. Tendrían que haberlo visto con sus propios ojos... aunque, justamente, la imagen era capaz de engañar hasta a los ojos más escrutadores.
Desde el cómodo asiento del conductor de "mi" auto, con la ventanilla baja y el viento fresco pegándome en la cara, la vista con el sol acariciando el predio que se ocultaba tras una muralla de pinos y árboles con diferentes tonalidades de verdes, amarillos y marrones era preciosa. Mientras daba vueltas en círculos con el vehículo, noté que si se fija la vista en aquellos pinos que reflejaban el sol de las cinco de la tarde en sus hojas, y uno deja volar la imaginación, casi pareciera que lo que se oculta detrás de ellos es nada más ni nada menos que el paraíso terrenal.
Para algunos, como por ejemplo para mí, lo es (de una forma sentimental, claro está). Sin embargo, detrás de aquellos árboles no hay nada más que pasto y algunas construcciones consumidas por el tiempo. Pero aún así, y a sabiendas de que el lugar no era más que un viejo predio, tuve que pedir silencio para poder apreciar el coctail de sensaciones que me provocaba estar ahí. Sólo me faltaba la agitación, la gente empujándome apurada y ansiosa, el olor de la gloria, y aquel en particular: Mi DKNY.
Sí, lectores. Mis recuerdos tienen perfumes característicos. Y yo, fiel a mi costumbre, cada vez que realizo una actividad que me acerca, ya sea de manera figurativa o real, a aquello que asocio con este predio en particular, me rocío con mi "Be Delicious" by DKNY.
En conclusión, esta entrada tal vez no tenga mucho sentido para ustedes, pero les juro que no hay nada más nostálgico y a la vez emocionante que encontrarse tratando de vislumbrar un escenario detrás de una cortina de hojas multicolores que se balancean con el viento. O tal vez una simple señal, algún movimiento familiar que nos transporte de nuevo a aquel día que durará eternamente... y todo esto siendo consciente de que, no importa cuánto nos acerquemos, eso que buscamos ya no estará allí esperándonos.
Pero aún así, si buscamos en nuestro interior y revolvemos esos recuerdos que se encuentran bajo llave dentro nuestro, aunque sea un espejismo, veremos todo lo que nuestras memorias tengan para mostrarnos.

Y, si tenemos suerte, incluso hasta quizás podamos escuchar la música...

No hay comentarios:

Publicar un comentario