martes, 25 de marzo de 2014

El arte de la impuntualidad.

"Starry nights, city lights coming down over me. (This dirty town was burning down in my dreams. Lost and found, city bound in my dreams)" Green Day.

Me detengo en la apurada esquina, frenando el tiempo que ya se me escapó hace rato. Quiero ver lo que ya vi, sentir la adrenalina que provoca aquello que nos resulta maravilloso de un momento al otro. Busco la sensación de pequeñez ante tanta majestuosidad ignorada por todos los que nos detuvimos a ver sin mirar. 
Espero allí, con los ojos desbordados de luces que nos atrapan como un domo de irrealidad. Y, extrañamente, le encuentro el sentido a vivir así, a pesar de no sentir que donde voy me espera algo... o alguien. 
Estando sola en una multitud, más insignificante que nunca, sólo tengo como consuelo tus palabras, que me cantan al oído cuando no estás. Comienzo a sentirme parte de vos, refugiándome en tu oda a nuestro suelo, este tango contemporáneo a mi juventud, que moja el asfalto incluso cuando la luna enciende los postes y los autos de Callao y Lavalle.
El semáforo me invita a cruzar la avenida, y aquel instante en el tiempo se desvanece para dar lugar a la inquieta sensación de estar llegando tarde... otra vez.

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