domingo, 13 de abril de 2014

Óleo de una mujer con sombrero.

"La cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes. Los amores cobardes no llegan a amores, ni a historias: se quedan allí. Ni el recuerdo los puede salvar, ni el mejor orador conjugar". Silvio Rodríguez.

¿Te acordás del humo sobre el colchón? Humo delicioso y humo tóxico mezclándose hasta volverse homogéneos, en una perfecta sazón para el momento que creamos. Cuando aún mi luz era tu alimento y tu motor, cuando mi alma tenía refugio en tu pecho. 
¿Te acordás?
Con lágrimas en los ojos me atrevo a preguntarte cuánto de esa magia que nos caracterizaba queda hoy en vos, y me pongo de rodillas y te imploro que me dejes quedar un rato más. Que te inundes de calidez para mí, que me confortes entre tus brazos y me devuelvas el aliento. No hay otro lugar en el que quiera reflejarme, no quiero otro espejo para enfrentarme a mí misma. 
Por eso emprendo este viaje, buscando recargar mi espíritu. Me animo a reencontrarme en la estación con dolores del pasado que busqué perder al subirme a los micros con destino al sol. Quizás así vuelva al origen, quizás así vuelva a empezar, y te abraces a mi mejor versión al regresar.
Y espero que en la banda de sonido de tus días lejos de mí, las canciones te hagan reflexionar, te tropieces con lo esencial y te guíe hasta mí nuevamente. 
Más de una vez los hombres que han sabido luchar me contaron que las respuestas a los miedos las encuentran en canciones como "óleo de una mujer con sombrero". Y hacia ellos elevo todo mi respeto.

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