viernes, 20 de junio de 2014

Concepto que respira.

"Abstracciones que buscan definir otras abstracciones. Nosotros las creamos. Mas ellas no definen toda nuestra existencia ¿Y lo que el sentido no logra alcanzar? ¿A dónde se van cuando te miro y siento algo inexplicable?". Palabras, Alejandro Kurz.

Frente al papel blanco el lápiz juguetea entre mis dedos, desesperado por hacer su declaración. El impulso de hacerte mío a través del grafito, el temor a que alguien esté observando. Suena tu voz en mi mente, resplandece tu sonrisa al cantar, y se torna irreprimible la inconsciente necesidad de volverte realidad al exteriorizarte, cuando ya estamos tan íntimamente unidos en mi interior.
Me distraigo en garabatos sin sentido, busco la alternativa y fallo. Me enojo con los renglones, desacomodo su prolija rectitud, dibujo los latidos de mi corazón y caigo en la desbordante sensación de estar viva. Un orgasmo del alma, una vertiente de vitalidad que se reactiva con tu recurrente idea... Sin tu impresión.
Y no tolero no saber, me ahoga la vacuidad de nuestro contacto ficticio. 
En un gemido que rompe los silencios del mundo festejando una epifanía, me dejo vencer. Cae la punta a la superficie, se patina y la cosquillea, la acaricia, la besa y la abraza. El blanco se tiñe de gris, grita un vocativo, se refiere a vos. Concisa y personalmente.
Sólo quería sentir la dulzura de tu nombre en el pecho al deslizar el lápiz sobre el papel blanco, invocándote.

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