jueves, 27 de febrero de 2014

Vos, voz.

"Canta palabras, canta y se torna en luz", Spinetta.

Cuerdas rasgadas con el viento interior, soplo divino, directo desde el más necesario motor de vida. Pedís prestado el aire a la tierra, y comenzás a tomar impulso. Hoy le cantás a ella, desconocida y mística mujer que espera, haciendo alquimia y transformándolo todo en fuego eterno que funde el arte y tu nombre en un lazo permanente. Tu marca por siempre grabada en la piel de un dios, que te observa y te avala.
El pecho desgarrado ante la voz y la imagen, me siento acunada entre cuerdas vocales que vibran hasta sumirme en un profundo sueño de ardiente pasión por esa mente llena de ideas brillantes y satisfactorias para quien espera mucho de vos. Cada nota lograda se parece más a mi nombre saliendo de tu boca.
Se tiñe de colores una mañana de sol, la distorsión de tu voz hace eco en las paredes de mi refugio de paz. Todo combina en una perfecta armonía, y me siento afortunada de entender tu maravillosa naturaleza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario